Desde un lugar de sombras de papel se desdibuja una porción de luz Enhebrándonos Descubriéndonos... La dinastía de la intensidad esparce nubes hacia el cuerpo fiel Triturándonos Saturándonos... ¿Porqué te pierdes en tu soledad? El trago amargo ha de comenzar Ahogándonos Desquitándonos... La mecha es corta para comenzar la gran revuelta de la liviandad Destripándonos Segregándonos... Para que puedas descubrir el mar Y nunca intentes dejar de intentar Esparciéndonos Agrandándonos... La vista se torna un gran canal el animal se vuelve infernal Ahogándonos Destruyéndonos... Para que tengas un canto especial Y puedas volver a la intensidad Distinguiéndonos Revolcándonos Encontrándonos Divirtiéndonos Ensoñándonos Explotándonos… LA INTENSIDAD, Letra y música LOS DRAGONIANOS (Emilio Zatec & Victoria Mannera) DistriRecords, 2005
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Mostrando entradas de marzo, 2014
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El pacto con tu dios se ha quebrado desmontas tus estatuas milenarias el signo de los tiempos te ha cambiado Un mar de ilusiones estrafalarias El carro se desliza por un puente conectando el pasado y el futuro van viajando animales inteligentes para cruzar la muerte tras el muro ¡Que diversión!, te transformas esta noche en lobo La maldición, te sopla el pecho hasta el ahogo Se cuela entre el bastión un hálito a bourbon El cuerpo nuevo se forjó... Al término de un ciclo intermitente te montas sobre tu alma destrozada caliente como un hierro incandescente Recuerdos que trajo la marejada El cromo tiñe el aura de tu amante Remotos años, dulces emanaciones gritos ahogados de un lugar distante El llanto de mil y un contradicciones Cara de pez, apuntas hacia el mar Muerto Todo a la vez, llegamos juntos a este puerto Encallas tu galeón Resiste la emoción ¡Se suma otra conquista más! Lo abrazas con ternura de plush tibio ordenando el caos de su espesura arman...
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Lágrimas de seda sobre tu rostro terso el fin de la agonía te deja sin aliento allí a lo lejos oyes el rugir del trueno para sentir el paso de un nuevo viento Dormís volviendo siempre a tu pasado Y no sabes a donde disparar la flecha tu carcomido mundo ha sido aniquilado Despertarás encendiendo la mecha ¡Vamos al sol!, te espera un mundo destilado… ¡Iniciación!, la renuncia a todo lo pensado Ya está por despegar, tu cerco va a estallar Abres el cielo con tu voz… Seguís volando ciega por el éter cabellos al viento envueltos en llamas te sangran los ojos al cruzar el cráter de tu volcán de niña que tanto amas El vértigo te induce a un mar de dudas perfecta prueba para los sobrevivientes arrastrando tu cuerpo entre las ruinas de lo que fue y será un mundo intermitente ¡Vamos al sol! te espera un mundo muy distante ¡Iniciación! desde el tiempo de los Atlantes Al filo de un neutrón saltas el paredón Buscas un nuevo redentor. Y una vez que estés bailando lejo...
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Mil cien recámaras de astros conversos pieles de dálmatas tul de Antioquía Debajo del crisol se funde en el calor la sed de tu monarquía Un rey de copas rostro insensible de aspecto mísero incomprensible Sermones del pastor predica con candor derritiendo tus fusibles Y tu enojo, puerto hirviente, un mar rojo para el quiera ver, sin vendas en el Ser una trampa para el sinsajo Detrás de ese salón un túnel difuso arriba en la mansión nocturno manto Para que llores más vestido de antifaz te saboteas hasta el llanto Sales solo a mirar la luna llena pareces recordar un gran pasado No hay nada para ver dejas de depender Tu mundo ha sido arrasado Y esa llave, abre una jaula, vuela el ave un mapa para armar, una estrategia inicial Volamos todo en pedazos Puliendo el bronce de armas de fuego lluvias ardientes lloran de nuevo Un salto a la explosión devora la estación Te gusta volver al juego Tu traje de neoprene máscara antigas litros de kerosen...
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Y los oscuros dioses entronizados desde tiempos inmemoriales sintieron algo parecido al miedo. Sus tronos temblaron. Los pequeños, minúsculos e intrascendentes humanos había comenzado a descender del cielo a la vida con un giro inesperado. Algunos –no muchos en verdad, pero suficientes- habían logrado contactar con la fuente cósmica del talento y la armonía y se dispusieron, casi por agradecimiento y felicidad, a adornar la vida en la tierra inundando de una nueva energía al denso universo de la materia. Entonces, carcomidos por la incertidumbre, ellos, los poderosos inmortales, los dioses ancestrales, dueños de todas las mercancías del mundo, amos de las almas enraizadas en la vanidad y la codicia, impulsaron la ambición y crearon nuevos eventos multitudinarios para impulsar a que en lugar de compartir sus talentos, compitieran entre ellos. Detrás de promesas de gloria, apenas posibles de cumplir y solo para una minoría tan escasa que casi no tenía costo ni el c...