A la entrada del templo se hallaba una vieja gitana de nombre Mannara. Tenía entre sus frágiles y arrugadas manos un paquete envuelto en papel viejo y atado con cáñamo. Hizo sonar una campanilla que pendía de una madera tallada con letras en sánscrito. La puerta se abrió y una pequeña niña verde avanzó y tomó el paquete sin decir palabra e ingresó nuevamente. La anciana se retiró vociferando en el idioma roma y se perdió en la espesa neblina que lo cubría todo.
Adentro, entre lámparas de aceite y piedras calientes, los monjes rodeaban a su líder, un inmenso pulpo tornasol cuyos tentáculos se mecían al compás de la música ejecutada diligentemente por un grupo de niñas verdes. Del techo colgaba una gran lámpara de cristal y doradas hojas de acanto. Su majestad el pulpo había dispuesto que la decoración fuese hecha por la Compañía de los Regios, de cuya excelencia se hablaba en todo el reino. Debajo de los aposentos del rey pulpo habitaba, entre grilletes y cadenas, un marsupial gigante traído por marineros arcadios desde lejanas e inverosímiles tierras.
Decían los navegantes que en un lugar remoto y austral, vivían seres que desafiaban los ordenamientos naturales de las formas. Inmensos monstruos marinos y almejas asesinas, palmeras serrucho y conchas de metal. Juraban haber visto cientos de peces de colores dando saltos en el horizonte y escupiendo de sus pequeñas y carnosas bocas, larguísimos hilos de seda que se entretejían en el aire hasta formar una malla espesa y multicolor. Contaron que los nativos comían piedras molidas y que respiraban bajo el agua con improvisadas branquias. Alguna vez, un capitán de nombre Herocy había mandado matar un contramaestre solo por no decir sus plegarias. En aquel mundo extraño los nativos no tenían pies y la mayoría carecía de ombligo, lo cual les hizo pensar que efectivamente habían nacido de repollos o lechugas y hasta hubo quien dejó entrever que podían haber nacido por medio de huevos como los sapos y que ese era el motivo de su brillo serpentino en los ojos.
TODHAR RAMMANTIS-BELUGA "SORIGEN: MUNDOS INCONVERTIDOS" (Ed. Panacea)