Hay partículas que desgranan su escencia en la inmensidad.
Seres que de tan pequeños se adueñan de lo invisible.
Y almas encerradas en capullos de hierro que apenas atisban su andar sin freno.

Lo más extraño sin embargo, son las ondas vivientes que viajan por el espacio hacia las puertas de nácar.

KAO AK´AN

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