DESDE AQUEL ÁRBOL SE VEÍA ENTRE LA BRUMA, EL OSCURO MAR A LA LEJANÍA. LA SILUETA DE UN INMENSO PINO NEGRO SE RECORTABA COMO UN ESQUELETO DE PEZ.

LA REINA DE LA BRUMA (NICOLA SANADORÁ, 1984 ED. PERELLU & LUCIO)

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