ANTES, AURORA HÍBRIDA VIERTO AGUA Y PASOS AGUAMARINA Y ROJO ALTO Y SALVAJE PICO CON TEZÓN UNA DAMA SIN ROSTRO CIENTOS Y CIENTOS LLUEVE ANTES DE MORIR EL CANARIO RÍE HON-TZE KANAI, 34 AC "LIBRO HAIKU SIN HAIKU" Papiros del Museo de Jade
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Mostrando entradas de septiembre, 2011
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Para ingresar en la mansión Ledesma había que franquear un portal de obsidiana y jade. Detrás convivían el misterio en fusión con lo impredecible. Criaturas mentoladas que susurraban himnos tan hermosos como olvidados. Una larga hilera de pequeños roedores parados sobre sus dos patitas traseras montaban una guardia imperial y solemne. Los álamos y robles vestían hojas tan verdes que cegaban al extranjero. Yo no supe nunca como llegué hasta allí y que se esperaba de mí. Solo recuerdo que una noche de aparente paz, ingresó en mi cuarto un buho blanco y me miró muy fijo. Algo dijo en un idioma que ni siquiera creo que exista y sin embargo lo comprendí. Apenas pude recomponerme y salir de mi asombro me fui muy rápido antes de que lo pudiera pensar. El deseo me trajo hasta aquí y la expiación de algún pecado me inyectó la fuerza para caminar por cuarenta días sin dormir. Conseguía agua y eso me bastaba. Estoy más flaco. Ahora el mundo se ha invertido y la realidad se me ha hecho extraña y ...
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Se cuenta que un día llegó a la casa de Kammerle un vendedor de frutas. El hombre subió los tres pisos por escalera con su canasto de mimbre repleto de coloridas tentaciones. Luego de atravesar la puerta y de ser recibido, comenzó una larga e increíblemente atractiva y mágica venta. Hablaba de sus productos como verdaderas panaceas universales. El rojo de sus manzanas llenarían de amor el mundo del ser más hosco, las peras inundarían con sus amarillos brillantes y ocres insinuados las mentes de los individuos hasta hacerlos crecer en inteligencia y las verdes uvas repondrían las energías de los más débiles. Así siguió por un lapso de tiempo tan largo, con tanto vigor y convencimiento que Kammerle le compró toda la mercadería. Una vez le preguntaron porqué se había dejado convencer tan fácilmente por el frutero. Contestó que no le gustaban especialmente las frutas para su dieta pero que le hacía tan bien escuchar e este hombre que prefería comprar todo lo que vendiera y ahorrar en los ...
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Analizar la obra de Kammerle es una tarea de proporciones épicas. Ensayista, pensador, dramaturgo y novelista, su impronta nos ha dejado un verdadero cardumen de ideas e interrogantes. La expresa intención de herir con la palabra escrita nos lo presenta como un luchador empedernido en una batalla ciega contra la mediocridad. Pocos saben que el autor ha sido además de literato un hombre de aventuras. En su cuento "Baile con cetáceos del poniente" nos acerca a la maravillosa concepción del universo que poseen los batúes en sus mitos y leyendas. Discurre con particular gracias acerca de los avatares de lo que él llamó "el arte de la siesta" y que contrariamente a lo que se podría suponer no era un halago a la vagancia sino un llamado desesperado a terminar con los desgarros del alma. Kammerle cuenta entre sus hazañas el haber sido uno de los pocos hombres en conquistar la cima del cerro Poqato por el ala norte reduciendo el tiempo logrado por alpinistas de la talla de ...
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Las mutaciones observadas en cetáceos y en algunos tipos de algas de la costa sur del Pacífico muestran que la posibilidad de sobrevivir a la catástrofe final es aún cierta. Estos seres han desarrollado piezas nuevas en su sistema morfológico y re pautado sus esquemas energéticos para adaptarse al virus. El humano aún tiene alguna chance. Si bien no sabemos cuantos hemos sobrevivido, las comunicaciones son intensas entre los que aún pueden hablar o escribir. Calculamos que somos al menos quinientas personas sumando a los meta mutantes y transmutantes. Creemos que podemos comenzar de nuevo si logramos entender como el mundo animal y vegetal ha logrado hacerlo. Desde el centro de sobrevivientes les deseamos buenas noches. PAUL ANDERSON-VIGGI, 2001, "SIGNOS TÓPICOS" Ed. Poniente
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Era una sensación muy extraña. Los soldados estábamos destinados a combatir al frente junto a la tercera guarnición de Botafogo. Los tiros enemigos se veían tan cercanos que parecían estallar dentro de nuestros oídos. La sangre y el barro se mezclaban sobre nuestra piel creando costras tan duras que parecíamos armados con metales de la edad media. El círculo central de mando no se comunicaba con nosotros lo cual interpretamos como un abandono a nuestra suerte. Sin embargo queríamos vivir. Habíamos viajado seis millones de años luz para finalmente llegar a la Gran Constelación de Abraxas. Recuerdo todo esto a la distancia y aún no puedo creer que estoy vivo, que nunca regresé a la tierra y que fecundé a una abraxiana que es hoy mi mujer y más preciado tesoro. Esperamos un hijo. No sabemos si nacerá con dos o cuatro brazos como ella, si su rostro tendrá o no ese tinte azulino y brillante o será el rosado de mi raza. Como sea, los médicos dicen que todo saldrá bien. He mandando algunas po...
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La anciana creía que la peste había sido erradicada. Salió de su pequeña y rosada casa para comprar peras y guindas. A los pocos metros un grupo de seres espantosos la atacó con fiereza. Entes de tres cabezas y quince ojos, lenguas largas como corbatas y ampollas verdes que supuraban idiotez. Se había equivocado, la oscuridad disfrazada de mutación apenas había dado sus primeros pasos. Sin embargo los años le habían enseñado que aún en tiempos de amor convenía llevar un arma cargada. Y la usó. Los restos de las extrañas mutaciones se esparcieron por el bosque y la buena señora no dudó en rematarlos en el piso con ganas. AKAMI MARAHOURAI, 1956 "TIEMPOS OPACOS" Ed. YAMAHOI
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Ese hombre era parco. Desconocía con ganas las bondades de la dialéctica. A través de los años se había convertido en un militante del silencio. Con el propósito de no errar en sus dichos optó finalmente por la escasez de palabras, un sesgo al verbo. Sin embargo su mujer era una verdadera parlanchina. No importaba el tema a ser tratado, ella tendría una opinión al respecto. Alguien incluso intentó infructuosamente contar sus palabras pero la velocidad de su verba hizo imposible tamaña hazaña. Así el universo recobró su equilibrio. Unos calla y otros hablan. La compensación de la energía del Cosmos. Un sabio dijo que no importaba lo que hiciera, alguien cubriría los costos. LEONARDO PANETTA, 2008. "LOS SENDEROS RADICALES" Ed. Mariana
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La expresión del rostro de Ami Nades fue de un cándido y sincero estupor. Había visto al diablo en su versión más audaz: un loro. Luego de todos los temores adquiridos a lo largo de quince años por su madre aquello parecía un calculado y malhadado momento distópico. Para aquella joven el mundo ya no volvió a ser el mismo. Tomó distancia de sus miedos y se refugió en extrañas lecturas. Al cabo de un tiempo se casó. Esperaba una hija. Dicen que la memoria recorta las vivencias según criterios muy particulares y Ami Nades no fue la excepción. Su hija nación con pico y plumas. LANNA MATÍAS, 1989 "HITOS DE LA PESTE", Ed. Parra