Era una idea cruel.
Como todo nonato su pulsión de vida era brutal. Quería existir a toda costa.
Sucedió de noche, justo al segundo posterior de apagar mi computadora.
Vino a mí en forma de ráfaga y martilló mi mente con una frase.
No le presté atención. Tenía sueño y me acosté a dormir.
A las cuatro de la mañana me levanto con una pesadilla. Soñaba que mi madre me gritaba enojada.
Y ahí estaba la idea, aguardando, sonriendo. Me guiñó un ojo inexistente con una ingenuidad pasmosa, sin ninguna culpa, casi orgullosa de haberme despertado.
Tuve que correr a mi escritorio, encendí mi máquina y tecleé:
“Pájaros de seda, mariposas de plomo”


RAÚL BONAFANTE, 2016 “INDICIOS” (Ed. Tornquist & Labels)

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