Al paso de la hiedra invertebrada, redoblarán sus ruegos los inocentes. El parte de guerra ya fue dado y Milton Cuernavaca formó su ejército de penitentes. Del otro lado, Yazmel el Gordo, inició contactos con su archienemigo para disimular los daños previsibles por venir. Los tiempos de la paz dejaron algunas huellas sucias: almas de centauros sin rumbo.
JUAN LUIS CUEVAS, 1976 (EL ARTE DE SER ZOMBIE, Ed. COSTERLEK)