El centeno era la semilla más común en aquella época. La leche de cabra y el aceite de ristra constituían los fundamentos de la alimentación. En Andrómeda la vida era simple, las tareas sencillas y las gentes amables. Pero un día llegaron los hombres en extrañas carrozas voladoras. Traían armas poderosas y nos sometieron. Hace cinco siglos que somos sus esclavos. Hoy, el cometa rojo cruzará el cielo y comenzará la revolución. Las profecías dicen que los expulsaremos. No lo sé, he esperado mucho tiempo la llegada de este momento y ahora no sé si quiero dejar mis cadenas. Me llamo Luti y si leen estas notas es que estoy con mis ancestros contemplando la sinfonía del mundo.

ROBERT MOLLINER, 1943 "LOS GIGANTES DE ANDRÓMEDA" ED. Aquanauta

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