Para aquellos que recién estén llegando a este espacio vamos a aclarar de que se trata y quienes son en realidad los diablillos estelares.

Vivimos en un universo sin límites ni fronteras, sin tiempo y sin espacio definido. Multidimensional y multitemporal, la vida se ha extendido como una ráfaga de poder por el Cosmos hacia los confines de la eternidad.
Hay millares de galaxias girando en el espacio a velocidades que ni llegamos a imaginar. En ellas, miles de planetas y soles y estrellas y agujeros negros y gusanos blancos danzan armoniosamente destruyéndose y rearmándose sin principio ni fin.
En miles de estos lugares ha existido, existe y existirá la vida. De las formas más inimaginables, seres gaseosos, seres interconectados como células, seres compuestos de luz y algunos, que se parecen en algún sentido a nosotros. De ellos conocemos algunos o al menos hemos tenido noticias, y hay quienes creen en ellos como dioses.

Ellos son los alienígenas, los extraterrestres, los seres de las estrellas.
Algunos incluso los han asociado al nacimiento de la humanidad y al desarrollo de culturas como la egipcia y la maya. Algunos incluso los creen viviendo en el centro de nuestro planeta Tierra.

Los alienígenas de los que estamos hablando aquí, residen muy lejos, más allá del horizonte interestelar. Son lejanos y a la vez cercanos porque comparten algunos cromosomas y cierta tendencia a la búsqueda de la felicidad.

Así, sabemos que mucho tiempo atrás, tenían sus Dioses, su propio cielo y su abrumador infierno. Allí vivián los ángeles alienígenas con alas doradas rodeados de la luz del creador y también habitaban demonios de poderes asombrosos y terribles.
El cielo y el infierno alienígena se disputaban las almas de los vivientes en un juego cósmico de proporciones épicas.

Con el tiempo y el desarrollo natural de su especie, los alienígenas han conformado una sociedad basada en la consciencia y han desterrado las creencias primitivas.

Esto ha dejado una consecuencia de proporciones de catástrofe cósmica. Al no creer más en sus dioses y sus ángeles y diablos, éstos han perdido su razón de ser.
Son entonces, desempleados espirituales. Seres sin razón de ser.

Así pues, el infierno, que ya no tenía relación con los alienígenas que otrora les temían comenzaron a engañarse y molestarse entre ellos. Por su propia escencia no podían ni pueden controlar su tendencia natural al CAOS y por lo tanto se enfrentan, compiten, se destronan y se rebelan entre ellos. Con el único objetivo de dar un sentido a su existencia.

Así pues nació una raza rebelde: los diablillos estelares.
El líder de la rebelión fue un ser muy poderoso llamado RUFFA. Ruffa convenció a varias huestes de destronar al Gran Malo.

Como consecuencia de su osadía y rebeldía, les fueron cortadas sus alas y sus cuernitos y fueron echados del Infierno Alienígena por el Gran Malo.

Viven ahora en mundos materiales y solo poseen, como toda fuerza, sus conocimientos oscuros y la magia del caos. Arman pandillas. Deterioran el espacio. Viajan por el tiempo sembando la ausencia. Se sienten solos.

Hay una nueva guerra. Los diablillos estelares quieren recuperar su reino.

H.G LEPES (2009, EL JARDÍN ADYACENTE, EDITORIAL MITOMANÍA)

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