Aquellas noches tristes en que el amor parece haberse ausentado y la respiración se torna pesada, la mirada salada y el pensamiento difuso, recuerdo los instantes infinitos con tu mirada comprensiva irradiando esa extraña armonía mercurial.
Y entonces se me hace mentira que soy mortal y humano y hasta creo que el tiempo nos da una pequeña tregua, casi como un guiño al momento en que se eterniza la conexión entre nosotros.
Soy áspero como una roca mal pulida y sordo y también ciego y sin embargo no puedo dejar de percibir tu inmenso calor emergiendo desde la fuente misma de la vida.
El candor y la sabia comprensión de la simple y perfecta equidistancia entre dos polos.
El ártico y la palmera, el sándalo y la sal, todo aquello que se vuelve tan claro como el recuerdo más preciado.
Y allí entre la nada se disputan mis demonios los ropajes hechos jirones de las tantas y tan temidas lágrimas salvajes; para saber de una vez por todas si me salvo o me condenan, si me elevo o desciendo sin redención hasta las profundidades de lo no creado, de aquello no nacido.
Acaso me vuelva a encontrar respirando profundo como un niño protegido sabiendo que estás a mi lado conteniendo el aliento del mundo.
CARLOS PASSANO, 1987, "SEÑUELOS DE AMOR" (Colección: Poetas de la posmodernidad) Ed: Plaza - Varallo
Y entonces se me hace mentira que soy mortal y humano y hasta creo que el tiempo nos da una pequeña tregua, casi como un guiño al momento en que se eterniza la conexión entre nosotros.
Soy áspero como una roca mal pulida y sordo y también ciego y sin embargo no puedo dejar de percibir tu inmenso calor emergiendo desde la fuente misma de la vida.
El candor y la sabia comprensión de la simple y perfecta equidistancia entre dos polos.
El ártico y la palmera, el sándalo y la sal, todo aquello que se vuelve tan claro como el recuerdo más preciado.
Y allí entre la nada se disputan mis demonios los ropajes hechos jirones de las tantas y tan temidas lágrimas salvajes; para saber de una vez por todas si me salvo o me condenan, si me elevo o desciendo sin redención hasta las profundidades de lo no creado, de aquello no nacido.
Acaso me vuelva a encontrar respirando profundo como un niño protegido sabiendo que estás a mi lado conteniendo el aliento del mundo.
CARLOS PASSANO, 1987, "SEÑUELOS DE AMOR" (Colección: Poetas de la posmodernidad) Ed: Plaza - Varallo