Desde que la
vista se ha vuelto tan poco selectiva, el arte de narrarle a la imaginación
dista demasiado del relato que contaran nuestros antepasados a los niños que
fueron nuestros abuelos y como ya no quedan más que recuerdos confusos, la
mente busca nutrirse con la falaz mirada de lo impactante.
UTE LEMPER,
1972 “YO NO” (Ed. Wisserman)