Así después de miles de promesas incumplidas y obras inconclusas, me rehuso a someterme a la consideración de mis congéneres pero me entrego gozoso a la severa mirada de las musas que saben que aún con mis caídas y limitaciones han podido dar vida a sus creaciones y yo -pequeño médium- he accedido a la dicha de ser partícipe de un mundo divino.

WALDERMAR ARANCIBIA, 1986 “ELLAS Y YO” (Ed. Bureaus)

Entradas populares de este blog