Un arpón dorado clavado en
tu pellejo
La bota untada en brea se
hunde en el barro
Cuentas los heridos
frunciendo el entrecejo
Puliendo las mayólicas de
arte bizarro
Las cuerdas del violín se
tensan como armas
Enredas tu cabeza con
palabras rimbombantes
Estrujan tu cerebro y
presientes un mal karma
Te invitan a olvidar tus
sueños delirantes
¿Quién eres tu? ¿quién soy yo?
Apenas sombras del pasado
Una ilusión, la cara oculta del lagarto
Tu raza se extinguió, tu sangre se perdió
Un golpe duro a tu ilusión
Agitas tus banderas como
trapos desgastados
Residuos virulentos de la
gran bomba chechena
Armada con recuerdos harto peligrosos
Corres por la escalera de
Escher clandestina
Tus ojos de lince irradian
la energía
Se encienden luces de neón sin
un lamento
El ápside inmaculado de la blanca
galería
Esperas para destilar el
bíblico tormento
Sientes traición, un gran soplón
pegado a tu costilla sana
Del paredón, ves las pintadas libertarias
Se acerca el final, el momento crucial,
el pacto se desmoronó
Entregas tus hermosos y
antiguos brazaletes
Aquellas finuras que
heredaste de tu abuela
Una herencia de arcabuces y
mosquetes
Y soldados que comen carne
fría como suela
Podamos tu ideas fantasiosas
con lejía
Irrumpimos sin permiso en tu
mundo secreto
Cavamos hoyos negros dentro
de tu vida
Para que postres tu manos
rebeldes frente al cetro
Un alacrán, déspota
vas retorciéndote en silencio
Trampa mortal, la carne viva como muestra
No sabes renunciar, ni lees bien la señal
El año santo se acabó.
EL ARPÓN DORADO, Letra y música LOS DRAGONIANOS (Emilio
Zatec & Victoria Mannera) DistriRecords, 2005