Sin saberlo, Lidia Télesis encontró la entrada al reino de los Hapas. Era una mujer sencilla. Su mayor preocupación era la de alimentar bien a sus animales. Les traía bellotas y hongos del bosque, bananas y almendras, flores frescas y agua del río. Su intrínseca bondad era tan natural como la vida. ¿Cómo es que entonces los Hapas le abrieron sus puertas? Los Hapas eran educados desde pequeños en las leyendas e historias de sus antepasados. Una raza de guerreros, gente ciertamente temible. Sin embargo la estrategia de supervivencia que seguían desde tiempos inmemoriales era la de pasar por seres fantasmales. El vapor de la ausencia había sido creado por un gran druida de tiempos remotos. Cada niño y niña que nacía era untado de pies a cabeza con un ungüento hecho en secreto durante siete lunas por los sabios a mitad de la noches con muérdago, lima, cáscaras de avellano, piedras molidas y agua del lago secreto. También tenía polvo granate. Había muy poco, casi nada del m...
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Mostrando entradas de julio, 2012
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El entramado era complejo. Las redes que sostenían la estructura de aquella inmensidad se deslizaban más que tensarse y eso complicaba aún más la situación. Todos los participantes miraban entre perplejos y azorados el ocaso del mundo. Las nociones acerca del bien y del mal, de la verdad o la mentira y en especial de la materia y lo intangible se desvanecieron con tal rapidez que ningún humano podría haber comprendido algo sin enloquecer de terror. La carga contenida en aquel evento de proporciones épicas era de una naturaleza invasora, intrusa, avasallante e incotrolable. La tensión entre lo esperable y lo impensable fue llevada al límite de lo soportable. Por otro lado las experiencias previas hacían que todo tuviera sentido aunque de una manera extraña y lejana. Todos los habitantes de aquel lugar habían tenido los mismos sueños y los eventos -por trágicos que fueran- parecían solo ser una confirmación de aquellas vivencias mientras dormían y fueron tomados con curiosa acep...
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Descubrieron demasiado tarde que aquel símbolo de origen antiguo y extraño tatuado en el medio del pecho del muerto no era otra cosa sino un aviso, una advertencia. El hombre de gran porte con el pelo teñido de un color platino y rosa cristal, se hallaba sin lugar a dudas bien muerto. Completamente desnudo y pálido como una luna en junio. Sus párpados habían sido cortados con gran cuidado y el tatuaje había sido hecho después de su deceso. Un tratamiento artístico post mortem. El dibujo consistía en una cuádruple figura animal: un caballo blanco alado, un buho negro con los ojos vendados, una serpiente turquesa de dos cabezas y un pez espada amarillo y lacre. Un triángulo cuadrilátero de perfectas proporciones con inscripciones en latín. Cinco estrellas de cinco puntas entrelazadas. Un casco de armadura medieval con una inscripción en lengua sumeria. Por debajo se podía leer una frase de Goethe en alemán antiguo. El muerto sin párpados parecía sin embargo estar sonriendo y pa...
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El insensato corrió como endemoniado por las escalinatas hacia la entrada del templo. Allí, agitado y revuelto en su pequeño mundo interior, confundido y sin luces, se arrojó al vacío, cayendo dos mil metros sobre las rocas. Luego de ese acto de aparente locura, los monjes festejaron y comieron masas dulces. Tomaron vino del bueno y bailaron hasta el anochecer tocando sus cítaras y sus platillos de bronce. A la mañana siguiente una dama tocó la puerta. Su vestido era púrpura y oro, sus cabellos negros como el vacío, sus ojos blancos como nubes de verano. Viendo sin ver, habló con el monje portero y le dijo -Debemos irnos, nuestro tiempo ha llegado. El monje portero la miró, hizo una reverencia y se desvaneció en el aire. Y el monje, en su ausencia física, estaba sin embargo soñando. Y el sueño fue el siguiente: "Un niño de unos cuatro años de edad caminaba sobre una fuente de lata repleta de sandías. Del cielo bajaron a inmensa velocidad cien aves con cráneo d...
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Existe un lugar, una coordenada del infinito, que es algo así como la dirección de Dios. En ese espacio inmenso y sin bordes habita, como una gran red de luz, la conexión con lo inmortal. Un centro luminoso y vívido como un cristal blando, redondo hasta estallar y pulsante como un gigantesco bombo de proporciones divinas. Entre la más extensa y vibrante luz, con destellos de ámbar y el rosa púrpura del éxtasis, habita escondido y atrapado, un grito centelleante, la voz máxima que canta y llora en nuestro interior. No parece posible hacer un contacto directo, debemos bajar para subir, algo así como caminar en un gigantesco círculo en donde los extremos se tocan y se esfuman los límites. Así que me decidí y no sin considerable pánico, bajé. Con cada paso hacia la oscuridad de los abismos en donde cuervos y almas descontentas orillan las lánguidas ramas secas y resquebrajadas, una fuerza nueva se hacía presente en mi carne inmaterial. Estaba vivo y muerto. Rugía como una bestia y l...
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"Cada interacción de elementos reproduce un esquema preexistente. Solamente la inclusión de un paquete de partículas de orden regresivo podría eventualmente generar una relación inversa a lo previsto, es decir una decodificación y división de todo un sistema dado. El accionar de la materia en relación a la fase destructiva de una grilla de crecimiento continuo, podría verse afectada de tal manera que hasta las gallinas se convertirían en adoquines. La vulnerabilidad del entorno se vería entonces sometida a toda clase de ataques, incluso de bombardeos de arena interdimensional, algo así como pre-partículas, o puesto en otros términos: seríamos atacados por elementos que aún no existen en nuestro plano de percepción. No hay posible defensa contra semejante embestida. El alineamiento de los procesos y elementos concomitantes en una sola hilera de vinculaciones posibles, se hace casi imposible de tolerar para la constitución física de nuestra integridad celular. Las variantes mencion...