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Mostrando entradas de mayo, 2013
Algunos tipos de oscuridad pueden llegar a ser sanadores. Espacios incrustados entre las cosas y los nombres. Cuando los gatos se lastiman, corren a esconderse en un lugar donde no haya luz y allí se quedan hasta que se curan. Así, quien quiere recuperar sus bríos, los ánimos y la alegría tal vez deba intentar el camino del gato y rehacerse en silencio mientras sus fuerzas interiores emergen desde las entrañas hacia la piel. Luz. Sombra. Luz. Sombra. El paso del tiempo con sus ciclos naturales dispuestos tan elegantemente en el espacio como un néctar del que beben los afortunados que encuentran un lugar para cada momento. Luz y sombra. En las horas crepusculares reside el peligro, en ese espacio en el que no es de día ni de noche y donde los colores se esfuman y a la vista se enrarece el horizonte. También el silencio y la quietud. En medio del inestable equilibrio que propone el mundo de la materia confluyen las rutas hacia el verano interior. La necesidad de silencio. La m...
Rara vez es posible observar el átomo como una entidad estable. Sin embargo los científicos lograron aislarlos separando los polos magnéticos y fusionando sus aportes eléctricos en polaridad invertida.  Eso significaba que en el mínimo espacio posible de trabajo habían creado la posibilidad de una explosión a escala global. Es que no se trataba de cualquier átomo, era un átomo de percepción.  Al parecer las emociones y los sentimientos segregaban una forma física concreta que antes de traducirse en el cuerpo en forma de hormonas pululaban en el espacio girando alrededor de núcleos de los electrones.  Como sea, el caso es que al aislar el elemento perceptivo en forma de energía estaban casi sin saberlo creando materia.  Solo era cuestión de tiempo que condensara y se apelmazara hacia una fluctuante solidez.  Claro que la búsqueda estaba vinculada a la posibilidad de crear lazos energéticos a través de mallas que unan la consciencia a la materia cruda de...
Hay días, durante las tardes frescas de otoño, en que me observo sin lástima ni compasión y aun sin verme con demasiada justeza se me ocurre la extraña pero familiar idea de que somos como juguetes averiados, depósitos en lugares perdidos o fotografías sin nombre, perdidos en la inmensidad del tiempo, vagando por el espacio, buscando solamente una flor que nos reconozca.  LEE KWO MAE, 1968 "DESMEMBRAMIENTOS Y CAÍDAS" (Ed. Singh Kwar No)
Como un unicornio abandonado, sí se sintió luego de la batalla. Sediento de miradas, sentía desajustarse a la realidad de una forma casi de ensueño. Había peleado con sus mejores armas. Usó el látigo y la espada, el puñal y los puños, pero su arma favorita era el escudo. Lo había forjado con la misma intensidad con la que hizo su espada. Eran las dos caras de la moneda de su vida. Ataque y defensa. Defensa y ataque. Punta y protección, filo y distancia. Incluso prefería quedarse sin su espada antes que sin su escudo. Le daba una sensación que excedía su utilidad para detener los golpes. Era como una entrada a un túnel secreto. Cuando ponía su cuerpo de lado detrás del escudo y miraba por arriba apenas asomando los ojos se sentía tan protegido como si aún fuese un niño tras las faldas de su madre. No había forma entonces de sentir angustia y eso le daba aun más fortaleza y lograba una concentración y una fijeza de intención que terminaba por minar la voluntad de sus adversarios....
El mundo conocido, hermoso   y tibio había sido destruido casi por completo, dado vuelta, vaciado, expoliado, dividido, quebrado y lacerado por los invasores llegados del cielo cuyo nombre no debe pronunciarse. Fue peor que la muerte, oscuro como el olvido y más horroroso que la sinrazón y la locura. Llegaron un día como creados de la nada y se multiplicaron en segundo. Sembraron el pánico, al segundo día quemaron las cosechas, el tercero secaron los mares y al cuarto día inocularon meta-metal líquido a cada habitante del planeta tierra infectando el aire a través de tubos inyectores de gases.  No hubo quinto día para la raza humana. Así como llegaron se fueron. Saquearon el planeta de una extraña forma muy selectiva. Se llevaron al parecer solo lo que necesitaban o deseaban: el oro, la plata, titanio, selenio y níquel, el cuarzo, zafiros, rubíes, diamantes y uranio, agua pesada, trigo, maíz, centollas, pulpos, arenques y papas; sésamo, pimienta, canela, higos...
Luego de haber escuchado los argumentos a favor y en contra de la aceptación del solicitante, adherente Bautista Pedro Oliva de ser considerado para un nuevo escalafón dentro de la Orden, la comisión eterna, reunida en congreso continuo y analizando los últimos hechos, decide dar por denegada la solicitud en virtud de que los antecedentes presentados no parecen justificar dicha elevación de nivel. Creemos que si bien el adherente Oliva ha logrado comprender y aplicar los resultados prácticos del arte de los Escindidos, aún carece de los valores mínimos morales para ser tenido en cuenta como una adherente mayor. Su incipiente rebeldía, sus escasos compromisos con el prójimo y su narcisismo desbocado lo llevan a errar en última instancia en el sentido profundo del motivo último de estas prácticas. El resentimiento expresado en la forma en la que se refiere a los humanos, hacen que sea de dudosa limpieza sus intenciones en los próximos niveles. Llegar a ser aprendiz de ángel -aún en los ...
Luego de la destrucción casi completa del mundo, los alienígenas establecieron sus colonias en la Tierra y sometieron a la mayoría de los humanos. Los pocos que sobrevivieron y eligieron ser libres se agruparon en diversas tribus meta-urbanas escondidas bajo los escombros de ciudades abandonadas y no colonizadas. Gente de todas partes. Puros y mutantes, asesinos y santos. Ladrones, sicarios, monjas sin dios, buscadores de tesoros, alquimistas, vendedores de drogas y fabricantes de pócimas y remedios, cirujanos de hombres y mecánicos de robots e implantes cibernéticos, radiólogos y rastreadores de huellas invisibles. Había visionarios, mediums, lamas perdidos, brujas y tarotistas, físicos cúanticos buscando rearmar el domo mayor para protegerlos de la radiación, domadores de leones sin más oficio que el del látigo, siervos y aún esclavos sin nadie a quien servir ni de quien liberarse; había enfermos terminales irradiados con triozina, adictos a la morfina y al decazón, peluq...
Las simetrías entre lo dispar y el sinsentido se arremolinaba en su cabeza como si se tratara de alcohol y tabaco. El centro de la cuestión no era tanto su significado sino la presunción de haber interpretado bien los signos, o por el contrario que el error haya sido la brújula una vez más. Probablemente nunca lo sabría. Su inferencia era que era acaso posible contemplar la disyuntiva de un modo lateral pero la realidad era que simplemente le seguía escapando a la cuestión de fondo. Un universo de dudas más vinculadas a la incapacidad de la certeza que al misterio involucrado se apareaban en su mente formando miles de seres ansiosos por devorarlo. Ni su suspicacia ni la paranoica visión de su entorno lo cegaban del todo y allí estaba el problema. Su mirada retro alimentada por la conjunción de las unidades de tiempo confluían en un presente dudoso y amargo pero no exento de interés. Como siempre, se fugó al ignoto espacio inaprensible en el que aún creía tener alguna clase de poder. S...
Fuego húmedo, fuego rígido, fuego de seda y fuego de sal. Agua de hierro, agua de sangre, agua crujiente y agua real. Tierra de lana, tierra de luz, tierra de ozono y tierra sin mal. Aire de ónix, aire de mares, aire de cuerpos y aire fatal. HENRY MOREAU, 2013 "POEMAS PARA UNA EMPERATRIZ" (Ed. Bordeaux)
Adán miró el cielo. Semejante a un caleidoscopio, luminoso y sereno, su majestad el infinito se manifestaba de mil colores entre las formas cambiantes de las nubes. Por un instante menor al latido del corazón pudo perderse en aquella inmensidad y respirar el azul, los rosas, naranjas, verdes brillantes, turquesas, blancos pálidos y amarillos brillantes, el violeta de las amatistas y los reflejos dorados de las llamas del sol pintando el vidrio y el cristal. Vio como la brisa transformaba lo viejo en nuevo y lo nuevo en viejo y todo tan rápido que casi no llegaba a verse y pensó que tal vez por ello es que parece que no sucede nada en la gran cúpula celeste, en los instantes previos al ocaso. La hora mágica. El instante en que los fantasmas salen a pasear y pueden ser vistos. Lara era una joven que murió antes de su tiempo y apegada al cuerpo y a los amores y deseos se resistió porfiadamente a retirarse. Al contrario de otras historias espeluznantes en que las almas en pena sufren y...
Efímero, liviano, sutil, ingrávido y también espeso, oscuro y rocoso. Níveo, resplandeciente y frugal en el mundo de lo iconico, bi-dimensional y certero. Novedoso, ávido, medido y ondulante para una perfección ácida, arremolinada y fría. Cálido, vibrante pero perdido y solemne. Sabroso y duradero a pesar de ser vano, pasajero y futil. Inmenso y enjuto. Lágrimas y rictus. Sereno y eléctrico, hijo y padre o padre e hijo. Algo sucedió en el espacio amplio de la totalidad y cada quien hizo sus cuentas. La lámpara de sol encendida en un estado de para siempre aparente se deshace de a poco. La lluvia que cae desde los cielos a la boca puede ser también una llave para inferir como es arriba, en sus nubes natales de donde nos traen los mensajes de su prístina recurrencia. OMAKI KANIMOTO, 2002 "LA FUENTE ESTRELLA" (Ed. Aniko Press)
Los penitentes de la actualidad y los osados criminales de siempre tienen mucho en común.  Ambos y por los mismos motivos han decidido que la vida así como está planteada vendría a ser como un error, un subproducto de la civilización sin más sentido que la incesante repetición de la nada, un arrebato momentáneo de ideas y costumbres. O un capricho de los dioses. Las dos especies también coinciden en que no hay solución, que es vano el intento de habitar la experiencia del momento y que en cambio existiría un eje distinto, un fragmento del todo que puede ser recortado y manipulado a gusto como si se tratara de quitar la cáscara a un queso y quedarse con el centro más sabroso y blando. Probablemente tengan razón en que la realidad no pareciera favorecer una mirada amable o piadosa sobre nuestra terrenal y pasajera existencia. Sin embargo hay algo del orden de lo indómito que se expresa por la falta de juicio más que por el análisis sesudo de las circun...
"El ciclo de la consumación constante de ficciones soñadas y creídas como válidas y certeras por la ciencia y las religiones ha dado como resultado el curioso caso de que los acólitos a la fe de la salvación se reúnan mucho y con fervor a soñar por un futuro improbable bajo un lema inconsistente con el objeto de inhabilitar el pasado mediante la panacea de un presente cuyo único motivo es el de seguir deseando y pidiendo por un porvenir difuso y neblinoso que aquellos que acaso llegaran a conocerlo y vivir para contarlo, se perderían probablemente en la imposibilidad, la tenebrosa oscuridad y la esperanza en algo o alguien que realizando un acto heroico o divino, los salve de hoy y para siempre de la miseria, la alucinación y la falta de propósito y si bien no sé como será el mañana, es casi seguro que no será en absoluto el paraíso que imaginan."  LICIANA TERZIO, 1922 “CARTAS A MÍ MISMA” (Ed. Folly)
He sido acusado no pocas veces de vivir en mi propio mundo, en un universo paralelo, lejano e incomprensible. Están todos invitados. ROGER FAILS, 1893 "CITAS" (Ed. Parangón)
Era nuestro aniversario. Íbamos con mi mujer, Noelia, a conocer las tribus del Amazonas y pasar una experiencia turística-antropológica en el tropical Brasil del que habíamos oído tanto.  El avión se estrelló. Noelia murió como casi toda la tripulación y sobrevivimos solo cuatro.  Entre los árboles quedó el fuselaje y apenas pudimos liberarnos del hierro fundido.  Sin embargo, una vez que logramos salir, encontramos que los problemas recién comenzaban. A los dos días de caminar fuimos atacados por aborígenes. No fue una lucha, fue una cacería. Las cerbatanas infectadas con veneno nos redujeron en cuestión de instantes. Cuando despertamos nos encontramos atados a unos palos y amordazados. Una mujer anciana se acercó a nosotros y nos golpeó con una vara. Nos pintaron el rostro con barro de colores y nos dieron a beber alguna pócima que nos transportó a una visión compartida e  inesperada. Era alguna clase de droga que usaban para confraternizar. Todos la tomaban ...
Estimulante podría ser la palabra. OLAF HERSENTDRIK, 1987 "QUE ESPERAR DE LA ETERNIDAD" (Ed. Maälstem)
Cada día sucede un milagro y el de ese día en particular fue que la tierra no haya sido destruida. Estuvo muy cerca de ser nuestro final. Las naves avanzaban a una velocidad terrible y el cielo parecía un enjambre de cascarudos flotantes que por su cola liberaban un humo negro y verde, hediondo como un ácido y agresivo a la vista y a la piel. Se decía que eran más de cien mil naves y cada una del tamaño de un galeón. Todo comenzó a media mañana. Estábamos con mi padre y mi madre a punto de tener nuestro desayuno en la cafetería Ritz de Villalba y Borrero en donde todos los sábados mi padre nos llevaba para ser atendidos de mil maravillas por el mozo, un tal Don Jaime, que ni siquiera preguntaba que comeríamos sino que lo traía, caliente y humeante junto al diario que a mi padre le encantaba leer desplegando sus hojas con cierta arrogancia que él seguramente llamaba estilo. Mi madre se ocupaba de mí primeramente en especial de cortarme el pan con manteca en triangulitos a los que l...